A medida que vamos creciendo, nuestros ojos lo hacen conjuntamente con nosotros y esto puede afectar de diferente manera a nuestra salud ocular. Es importante que cuando se produzcan cambios notables, acudamos a nuestro centro Óptica La Muralla más cercano. Algunas de las señales que tenemos que tener en cuenta son las siguientes:
Una de las características que tienen nuestros ojos es que se adaptan a la luz del espacio. A medida que crecemos, es más difícil adaptarnos a la oscuridad sobre todo cuando llevamos a cabo acciones como la de conducir de noche. Esto, se debe a que una parte de nuestros ojos, los bastones, responsables de que podamos ver aunque haya unas condiciones de luz mínimas, se alteren con la edad.
Otra de los efectos, puede ser que se inflame el parpado a medida que nos hacemos mayores y de esta manera también se produzca lo que conocemos como ojos rojos.
Los destellos de luz, es una de las anomalías que podemos experimentar y se provoca porque una de las partes del ojo se va degenerando con el tiempo. En este caso es primordial que visitemos a un especialista para descartar que esto sea producido por enfermedades graves.
La vista cansada, es una de las características más comunes que también se produce. Esto deriva a que en muchas ocasiones haya ciertas dificultades para leer. También es posible que nos cueste más diferenciar objetos a la lejanía debido a que hay una pérdida de sensibilidad del contraste.
Aunque no lo parezca, nuestra visión también puede alterar las horas de sueño, esto se debe a que como nuestros ojos absorben menos luz, nuestro cuerpo segrega menos melatonina afectando así a nuestro ciclo de sueño.
Estos son algunos de los efectos que se pueden producir a medida que nos hacemos mayores. Siempre que nos encontremos en algunas de estas situaciones o haya alguna anomalía que no sabemos identificar, es imprescindible acudir a nuestro centro Óptica la Muralla más cercano para que nuestros especialistas puedan evaluar tu situación.